Bologna in Lettere 10th – Damaris Calderón

Bologna in Lettere 10th

 

BĂBÉL  

stati di alterazione

 

 

Rassegna di Poesia sudamericana contemporanea

a cura di Marisol Bohórquez Godoy

 

 

Damaris Calderón 

 

Traduzione Gianni Darconza

 

 

 

Damaris Calderón (La Habana, Cuba, 1967). Poeta, narradora, pintora y ensayista. Graduada en Letras por la Universidad de La Habana. Magíster en Lenguas y Culturas clásicas por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), Santiago de Chile. Ha publicado, entre otros, los poemarios: Con el terror del equilibrista, Duras aguas del trópico, Se adivina un país, Guijarros, El Túnel, Duro de roer, Babosas: dejando mi propio rastro, Sílabas. Ecce Homo, Los amores del mal, El Arte de aprender a despedirse y La extranjera. Es compiladora de la antología de poesía cubana Cercados por las aguas. Ha participado en bienales de poesía en Irak, París, Rotterdam, Montevideo, Chile y Cuba, entre otras. Poemas suyos aparecen incluidos en diversas antologías sobre poesía cubana y latinoamericana actual. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, holandés, portugués, francés y serbo-croata. En el 2014 obtiene el premio Altazor de la crítica por su libro Las pulsaciones de la derrota, y en 2019 el Premio Pablo Neruda a la trayectoria, por la Fundación Neruda, Santiago de Chile. Reside en Chile desde 1995.

 

 

UNA MUJER SOLA Y AMARGA

            I

Cuando tú eras hermosa
cuando tu pecho lo cruzaban furiosos vientos
mi madre me paría en una sala sórdida
de una clínica desconocida
boqueaba como un pez
sobre su vientre el peso de una caballería.
Dos mujeres inexorables
podaban el poco sol de la pieza
le recordaban su proximidad con los abismos.
Mi madre era un seto cerrado
que tuvo alguna vez su pequeña fuente
una empalizada
que asolaron los perros y los años.
De su madera gastada me alzo el mundo
de su madera podrida rehago la cuerdas de mi casa
y no la alcanzo.
Como la sombra que un jinete persigue en la llanura.

            II

Bajo esas manos que el horror cuartea
que el fuego hace más íntimas
se alojó mi cabeza
fruta que esperan picotear los pájaros
eso pequeños animales dóciles
que no podíamos mirar sin repugnancia
moverse entre los platos
cuando apartaba para nosotros, para sí,
la vida.
Salí de entre sus piernas
como de un bombardeo.
He sido el héroe y el traidor.

UN DONNA SOLA E AMARA

            I

Quando tu eri bella
quando il tuo petto era attraversato da furiosi venti
mia madre mi dava alla luce nella sala sordida
di una clinica sconosciuta
boccheggiava come un pesce
sul suo ventre il peso di una cavalleria.
Due donne inesorabili
potavano il poco sole della stanza
le ricordavano la sua prossimità con gli abissi.
Mia madre era una siepe chiusa
che ha avuto talvolta la sua piccola fonte
una palizzata
che disseccarono i cani e gli anni.
Dal suo legno consumato mi alzo al mondo
dal suo legno putrefatto rifaccio le corde della mia casa
e non la raggiungo.
Come l’ombra che un cavallerizzo insegue nella pianura.

            II

Sotto quelle mani che l’orrore macella
che il fuoco rende più intime
ha trovato alloggio la mia testa
frutto che attendono di beccare gli uccelli
quei piccoli animali docili
che non potevamo guardare senza ripugnanza
muoversi tra i piatti
quando separava per noi, per sé
la vita.
Uscii dalle sue gambe
come da un bombardamento.
Sono stata l’eroe e il traditore.

MEZCAL

Al fondo
de una botella
de mezcal
‑como al final‑
nos espera
el gusano.
Mastico
en tierra seca
ese blancor
de setos vivos
para saber
a qué sabe
lo que me comerá.

MEZCAL

In fondo
a una bottiglia
di mezcal
‑come alla fine‑
ci attende
il verme.
Mastico
in terra secca
quel biancore
di siepi vive
per sapere
che sapore ha
quel che mi mangerà.

LOS ÁRBOLES, LA PATRIA

Entrever el país nonato
soñarlo con los ojos de Adán y una mudez
que obliga a llamar ácana
jobo, jiquí, madera
de los mayores y menores.
Cuando falta el terrón
que llevarse a la boca: ceiba,
guásima, tomillo, palma real.
Crisol y bosta en el humus.
(Darle un sayo de palabras a la pobreza).

Pero los árboles preparan el paisaje.
Los árboles preparan la independencia.
La corteza guarda la raíz, la vena madre.
El gallo de los sacrificios anuncia despavorido
al escualo surgiendo de las aguas.

‑y los huesitos de tus hijos
se disputaron los cangrejos ‑

Pueda yo nombrar otra vez mi huerto
y alguno reconozca la antigua cicatriz.
Cobijarme bajo la sombra de la palabra jagüey.

GLI ALBERI, LA PATRIA

Intravedere il paese inesistente
sognarlo con gli occhi di Adamo e un mutismo
che obbliga a chiamare acana
anacardio, anile, legno
dei maggiori e dei minori.
Quando manca la zolletta
da portare alla bocca: ceiba,
guasima, timo, palma reale.
Crogiuolo e sterco nell’humus.
(Dare un saio di parole alla povertà).

Ma gli alberi preparano il paesaggio.
Gli alberi preparano l’indipendenza.
La corteccia conserva la radice, la vena madre.
Il gallo sacrificale annuncia impaurito
allo squalo che sorge dalle acque.

‑e gli ossicini dei tuoi figli
si sono disputati i granchi ‑

Che io possa nominare ancora una volta il mio orto
e qualcuno riconosca l’antica cicatrice.
Riparami all’ombra della parola jagüey.

HAI-KU

La delicadeza
del hai-ku
es
la delicadeza
de las huellas
de las patas
de las garzas.
Cuando se trata
de atrapar
las palabras
del hai-ku
como las garzas
ya han alzado vuelo.

HAI-KU

La delicatezza
dell’hai-ku
è
la delicatezza
delle impronte
delle zampe
degli aironi.
Quando si cerca
di afferrare
le parole
dell’hai-ku
come gli aironi
già hanno preso il volo.

LA EXTRANJERA

Tus cartas terminaban siempre:
A ti que estás en un país
extraño y lejano. Cuando todavía podías escribir,
cuando tu mano aún era tu mano (un látigo)
y no un manojo de nervios, un temblor.
La primera navidad fue también la última, reunidos
bajo el árbol que ya no veías, apiñados como hojas.
Salí al patio a limpiar las hojas.
(Tú escuchabas el rumor).
Dijiste que no era necesario
que la maleza volvería a inundar la casa.
Pero yo me aferré a ese gesto inútil.
Te veía avanzar dibujo de Ensor, calavera de
Guadalupe Posada.
Estuve años con la plantilla de tu pie en el bolsillo
para los zapatos fúnebres.
Pero en la muerte no hay grandes pies ni zapatos.
En la manera de negarte la tierra, soy tu hija.
Soy ahora el lejano y extraño país.

LA STRANIERA

Le tue lettere concludevano sempre:
A te che vivi in un paese
strano e lontano. Quando ancora potevi scrivere,
quando la tua mano era ancora la tua mano (una frusta)
e non un fascio di nervi, un tremore.
Il primo natale fu anche l’ultimo, riuniti
sotto l’albero che non vedevi già più, ammassati come foglie.
Uscii in cortile a pulire le foglie.
(Tu ascoltavi il rumore).
Dicesti che non era necessario
che le erbacce sarebbero tornate a inondare la casa.
Ma io mi afferrai a quel gesto inutile.
Ti vedevo avanzare disegno di Ensor, teschio di
Guadalupe Posada.
Rimasi per anni con la suola del tuo piede nella tasca
per le scarpe funebri.
Però nella morte non ci sono grandi piedi né grandi scarpe.
Nel modo di negarti la terra sono tua figlia.
Sono adesso il lontano e strano paese.

LAS PULSACIONES DE LA DERROTA

Los hijos de la época bastardos de la época
vimos héroes enemigos en los techos vecinos
Amigos descolgándose colgándose
paracaídas pantalones de camuflaje
piernas brazos pedazos hombres
abonando campos minados.
Vimos rodar la cabeza de Lenin
en el desierto de África
en las estepas de Moscú.
La historia vació
nuestros platos nuestros ojos
nuestras costillas
(Le daban en el lugar roñoso
no pedía
le daban
le)
ofrendándose
haciéndose uno con la tierra
humus con la tierra
bosta con la tierra
tierra con la tierra
el terruño clamando reclamando
sus huesos sus articulaciones
el terruño tragando y escupiendo
(pedía
le daban
le)
hasta que la madre se secó los ojos
en la única camisa superviviente.

LE PULSAZIONI DELLA SCONFITTA

Noi figli dell’epoca bastardi dell’epoca
vedemmo eroi nemici sui tetti vicini.
Amici sganciarsi agganciarsi
paracaduti pantaloni mimetici
gambe braccia pezzi uomini
concimando campi minati.
Vedemmo ruotare la testa di Lenin
nel deserto d’Africa
nelle steppe di Mosca.
La storia ha svuotato
i nostri piatti i nostri occhi
le nostre costole
(Gli davano nel luogo immondo
non chiedeva
gli davano
gli)
sacrificandosi
facendosi uno con la terra
humus con la terra
sterco con la terra
terra con la terra
le zolle esigendo reclamando
le sue ossa le sue articolazioni
le zolle ingoiando e sputando
(chiedeva
gli davano
gli)
finché la madre si asciugò gli occhi
nell’unica camicia sopravvissuta.